Llega un momento en la adolescencia donde nos enfrentamos a preguntas que quizás no sabemos responder, o ante las que nos cuesta encontrar respuesta, o ni tan siquiera nos hemos llegado a plantear que algún día deberemos asumir responsabilidad sobre las respuestas que nos demos a estas preguntas.
¿En qué soy bueno? ¿Qué disfruto haciendo? ¿Qué quiero ser de mayor? ¿Dónde puedo estudiar esto o aquello? ¿Qué huella quiero dejar tras de mí? ¿Cuál es mi propósito?
Son preguntas muy grandes ante las que seguramente nos sintamos muy pequeñitos, a menos que quizás hayamos tenido la oportunidad de irnos conociendo en ese espacio de seguridad y confianza que nos brinda Young I AM, ese espacio donde experimentar nuestra manifestación genuina en el mundo, donde construimos la autoestima y autoconfianza que nos permite asumir nuestra plenitud, y desde donde empiezan a brotar casi con naturalidad las respuestas a estas preguntas vitales.
En este punto del programa Young I AM somos capaces de asumir nuestra responsabilidad social personal, de poner a trabajar nuestros talentos, nuestras pasiones, experimentar el gozo de contribuir en servicio a la comunidad en la que vivimos, y seguramente inspirar a otros para que también hagan ese camino y se adueñen de su destino, que permitan a su alma capitanear su porvenir.
Todos a bordo, capitanes del alma. ¡Zarpamos!